dimecres, 11 de novembre del 2020

España, 1- Dinamarca, 1 (Euro 84-Semifinales)

213. Soren Lerby (0-1)

La Dinamita Roja, la gran selección danesa de la década de los ochenta, se basaba en una perfecta mezcla entre una buena calidad técnica y una extraordinaria capacidad física. Junto al talento del joven Michael Laudrup, se juntaban una serie de futbolistas de pierna fuerte y de mucho carácter, crecidos en las principales ligas europeas, que destacaban por la capacidad de ocupar mucho terreno de juego y de llegar con potencia a las áreas rivales. Uno de los grandes exponentes de esta generación fue el zurdo Soren Lerby.


El principio de su carrera fue de la mano de otro jugador que le acompañaría durante muchos años en la selección, Frank Arnesen. Ambos se formaron en el Frem Amager y salieron muy jóvenes para triunfar en los Países Bajos. Lerby fue captado por el Ajax, con el que debutó con diecisiete años en la Eredivisie, con tres goles conseguidos en los primeros ocho partidos. En Amsterdam jugó ocho temporadas y logró seis ligas y dos Copas.

Tres años después de debutar con los neerlandeses lo hizo con una selección que entonces ocupaba un segundo o un tercer nivel en el escenario europeo. En la clasificación para la Eurocopa del 80, por ejemplo, Dinamarca fue última en un grupo con Inglaterra, Irlanda del Norte, Irlanda y Bulgaria. Pero la federación nórdica tuvo confianza en el trabajo del seleccionador, Sepp Piontek, consciente de que subía una camada de buenos jugadores que ya actuaban en las principales ligas. Dinamarca tampoco fue al mundial de España'82, pero sus prestaciones ya habían mejorado, con victoria y todo en casa contra la posterior campeona del mundo, Italia.

En la siguiente fase de clasificación se dio el salto definitivo. Y eso que era más exigente, ya que sólo el campeón de grupo entraba en la Eurocopa de Francia. En este periodo, Lerby fichó por el Bayern de Múnich para suplir a una leyenda como Paul Breitner. La selección superó a Inglaterra por un solo punto y, por primera vez desde las semifinales de 1964, entraba en una fase final de un torneo, en el que causaría sensación.

El gol

Porque pese a caer en el debut contra la anfitriona, Francia, por culpa de un gol de Michel Platini, Dinamarca empezó a mostrar sus credenciales de equipo total al borrar del mapa a Yugoslavia por 5-0 y al remontar un 0 -2 contra Bélgica para acabar imponiéndose por 3-2. La entrada a las semifinales era un hecho y el rival sería una España que había pasado ronda en el último minuto, eliminando a Alemania Federal.



Los españoles aparentaban ser más asequibles y las cosas empezaron muy bien. Fue a los siete minutos del partido de Lyon cuando un centro de Berggreen por la banda derecha fue rematado por Elkjaer-Larsen desde el punto de penalti. El balón describió una parábola, Arconada lo rechazó como pudo con la ayuda del travesaño, pero quedó muerto para que Lerby, al acecho, anotara el primer gol del partido.

Dinamarca dominó el duelo durante muchos minutos, pero Maceda empató en la reanudación. Se disputó una prórroga sin goles y se fue a la tanda de penaltis. Lerby anotó el suyo, el cuarto de los daneses, pero Elkjaer-Larsen erró el posterior y España se clasificó para la final. Sería la primera de las tres veces consecutivas que la misma selección derrotaría a Dinamarca en los tres torneos posteriores.

Lerby ya había jugado en el Bayern en la temporada precedente y lo hizo hasta 1986, justo antes del mundial de México, al que llegó con 28 años. Con los bávaros hizo crecer su palmarés, con dos ligas y dos Copas, pero en 1987, y después de un año en Mónaco, volvió a los Países Bajos, en esta ocasión al PSV Eindhoven, donde seguramente jugaría los mejores años de la su carrera. En la primera temporada, fue pieza clave del triplete del conjunto de Guus Hiddink, que ganó la liga, la Copa y la Copa de Europa, en una final en la que derrotó al Benfica en Stuttgart por penaltis. Lerby disparó el quinto de los seis que ejecutaron los neerlandeses.

Con la selección también jugó la Eurocopa de 1988, pero su carrera no duraría mucho más. Con 32 años dejó el fútbol e inició primero una carrera como entrenador, que le llevó a ser ayudante de Jupp Heynckes en el Bayern, y luego como agente de jugadores, principalmente de futbolistas neerlandeses, del país al que dedicó tantos años de su carrera.

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