dilluns, 28 de setembre del 2020

Países Bajos, 4- Francia, 1 (Euro 2008-Primera fase)

257. Robin van Persie (2-0)

Los jugadores zurdos que actúan en punta de ataque suelen empezar sus trayectorias en la posición de extremo o, al menos, caídos a una banda. Que sean menos los que dominan este perfil, y que la mayoría sean rápidos y con capacidad para desbordar, provoca que los entrenadores los utilicen en esta función. Pero los que van mejorando en prestaciones y en categoría, poco a poco, se van centrando y los hay que, incluso, terminan jugando de delantero centro. Fue el caso de Robin van Persie.


Nacido en Rotterdam, no podía terminar en ningún otro equipo sino en el Feyenoord, el mayor de los tres que suelen disputar la Eredivisie, por encima del Sparta y del Excelsior. No se pudo estrenar de mejor manera. Con 19 años, debutó en la liga con el conjunto rojiblanco y los cuatro meses fue titular en la final de la Copa de la UEFA, en casa contra el Borussia Dortmund, con triunfo por 3-2. Bert van Marwijk, con quien ocho años después sería subcampeón del mundo, fue quien le dio la alternativa.

Dos buenas temporadas en el campeonato despertaron el interés del Arsenal, que lo fichó en 2004, justo después de que los londinenses hubieran completado la temporada sin perder ningún partido. Llegó un poco tarde, cuando aquel equipo ya estaba en su ocaso, pero sumó una Copa y una Supercopa en el palmarés, además de un subcampeonato de la Liga de Campeones contra el FC Barcelona, ​​en 2006. No llegó a disputar la final, víctima de un cambio de sistema de Arsène Wenger que lo dejó fuera tanto de la vuelta de las semifinales, en Villarreal, como del partido de Saint-Denis.

Las dos siguientes temporadas fueron agridulces. Jugó cuando pudo, pero dos lesiones le dejaron bastante tiempo sin competir. En la segunda, fue cuando Wenger le descubrió la posición de delantero principal, tras la marcha de Thierry Henry al Barça. En estas condiciones, después de una temporada a medias, afrontó la Eurocopa de 2008.

El gol

Con la selección había debutado en un gran torneo en el mundial de Alemania de 2006, con un gol anotado, aunque no era titular indiscutible. La gran cantidad de extremos y de delanteros de la oranje, con nombres como Van Nistelrooy, Huntelaar o Robben, lo dejaban en un segundo plano. Jugó veinte minutos en el debut, con triunfo por 3-0 contra Italia. El segundo partido fue en Berna contra Francia, y resultó un espectáculo. Porque a pesar del gol inicial de Kuyt en el minuto 10, Francia dispuso de un sinfín de ocasiones para batir a Van der Sar, sobre todo en botas de Henry, pero no las aprovechó. Los Países Bajos, a la contra, buscaban el segundo gol y el técnico, Marco van Basten, hizo un cambio en el minuto diez de la reanudación.



Retiró del campo a Kuyt, el único goleador, e hizo entrar a Van Persie. La apuesta por el contraataque estaba clara y el equipo la supo interpretar. Porque sólo cuatro minutos después de estar en el campo, Van Nistelrooy inició una transición con una descomunal ruleta en la banda. Habilitó a Robben, que entonces jugaba más por la izquierda y no buscaba tanto la pierna cambiada y el disparo. El jugador en aquel momento del Real Madrid, que también había entrado en el descanso en el lugar del centrocampista Engelaar, dio el pase de la muerte y Van Persie, en posición de ariete, superó al portero Coupet.

Henry recortó la diferencia, pero las contras mataron a los franceses, con dos goles más, de Robben y de Sneijder, que dejaron un 4-1 final engañoso. Van Persie fue titular, y marcó, en un intrascendente duelo contra Rumanía y volvió al banquillo en los cuartos de final contra Rusia. Entró en el descanso, pero la selección cayó víctima del gran día de la carrera de Andrei Arshavin, posterior compañero de equipo suyo.

Los siguientes años en la Premier fueron los más prolíficos. En su nueva posición de delantero centro estuvo cuatro años más en el Arsenal. En el último, marcó treinta goles en la liga. Mientras tanto, había quedado finalista en el mundial de Sudáfrica. El gol de Iniesta evitó que levantara el trofeo. En 2012 disputó la Eurocopa, un fracaso y el final del proyecto de Van Marwijk, y fichó por el Manchester United con 29 años. Entró en otra dimensión de la mano de Alex Ferguson, con el que ganó la liga y marcó 26 goles en la despedida del técnico escocés.

La bajada de rendimiento del United, iniciado con David Moyes en el banquillo, condicionaron sus dos siguientes años, aunque revivió durante el mundial de Brasil de 2014, con el tercer lugar de una selección ya veterana que se perdería los dos siguientes campeonatos. En la Copa del Mundo, Van Persie anotó cuatro goles, dos de ellos en un recordadísimo 1-5 contra España, revancha de la última final.

Cuando dejó Manchester, en 2015, fichó por el Fenerbahçe, en el que actuó durante tres temporadas, antes de volver a casa, al Feyenoord, con el que aún tuvo tiempo de ganar una Copa y una Supercopa ya con 35 años. Ahora es técnico asistente del equipo de Rotterdam, donde es visto como un ídolo, alguien que salió de abajo y que se supo adaptar a lo que le fue surgiendo en cada momento durante su carrera.

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