divendres, 11 de setembre del 2020

Alemania, 2- Ucrania, 0 (Euro 2016-Primera fase)

274. Bastian Schweinsteiger (2-0)

La selección alemana de fútbol ha sido una de las protagonistas de la segunda década del siglo XXI en los grandes torneos de selecciones. Ya comenzó antes, con el subcampeonato europeo de 2008. Fue semifinalista en el mundial de 2010 y en las Eurocopas de 2012 y de 2016 y obtuvo el título mundial en 2014, en Brasil. En todas estas selecciones, entrenadas por Joachim Löw, ha habido una serie de jugadores que se han ido manteniendo y han sido importantes. La baja de alguno de ellos ya se notó con la eliminación en la primera ronda del mundial de Rusia 2018. Uno de los puntales fue el centrocampista Bastian Schweinsteiger.



Nacido en Baviera, y del Bayern de toda la vida, debutó en la Champions con 18 años y sus primeras apariciones fueron noticiables por un apellido particular. Schweinsteiger, en alemán, significa "cuidador de cerdos". Más allá de la anécdota, apareció como un jugador potente, de cualquiera de las dos bandas y con un físico que hacía recordar a uno de los grandes futbolistas alemanes del cambio de siglo, Stefan Effenberg, campeón de Europa con el Bayern en 2001. Schweinsteiger no tenía un carácter tan fuerte, pero era igualmente resistente y, con el tiempo, se fue adaptando a otras posiciones del centro del campo.

Su aparición convenció a los diferentes seleccionadores. Ya fue convocado, con 20 años, para la Eurocopa de Portugal 2004, de infausto recuerdo para la Mannschaft. Desde entonces, no se perdió ningún gran campeonato hasta 2016. Cerró el mundial de su país, en 2006, con dos goles en el partido por el tercer puesto, contra Portugal, precisamente, y la entrada de Löw como seleccionador le hizo adquirir protagonismo, ya que le centró la posición. A partir de entonces, tanto en el Bayern, como en la selección, se convirtió en un referente en el centro del campo, en la distribución de balón y también en la llegada al área, que no perdió.

En 2016, después de haber ganado todo con el Bayern, afrontó su último gran torneo. Fue un año importante para él desde el punto de vista personal, ya que se casó con la tenista serbia Ana Ivanovic, y también porque anunció que no jugaría más con la selección. El verano anterior había dejado el Bayern por el Manchester United y ya se le veía que afrontaba el tramo final de su trayectoria, pero antes quería ofrecer un último servicio.


El gol

Alemania debutó en la Eurocopa de Francia de 2016 contra Ucrania en Lille. El grupo lo completaban Irlanda del Norte y Polonia. Había que ganar el partido, pero costó más de lo esperado. Schweinsteiger arrancó desde el banquillo. Su lugar lo ocupaban Khedira y Kroos y él tenía que esperar. Tuvo que hacerlo mucho. En realidad, el seleccionador, Löw, le hizo entrar en el último minuto. El resultado era de 1-0, con un solitario gol del central Mustafi en la primera parte, y no quería sorpresas. Pero en el primer balón que tocó, Schweini, como era conocido, demostró que aún no estaba acabado.





Relevó a Mario Götze, que ese día había iniciado el partido de falso nueve y que luego se retrasó por la entrada al campo de Schürrle, y fue a ocupar una posición en la banda. Recién entrado, vio como Alemania iniciaba una contra. Özil recibió el balón en la banda izquierda y él esprintó hacia el área. La centrada fue milimetrada y Schweinsteiger remató a bote pronto, superó a Pyatov y resolvió el partido.

Durante el torneo jugó cinco partidos. Los cuatro primeros, de suplente. En el de cuartos de final, además, erró uno de los penales de la tanda contra Italia, aunque al final Alemania se clasificó. En las semifinales, Löw le alineó de titular, junto a Kroos, pero no pudo evitar la derrota contra Francia por 0-2 que dejaba a la selección fuera de la competición. Fue su último partido con la camiseta blanca.

Schweinsteiger sólo jugó unos meses más en el Manchester United. En el mercado de invierno posterior probó la aventura americana y fichó por los Chicago Fire, con los que actuó hasta octubre de 2019. Un total de 21 títulos con el Bayern, entre los cuales la Champions del 2013, 2 con el United y la Copa del Mundo conforman una de las trayectorias más sólidas de un jugador en los últimos años. Le faltó la Eurocopa, aunque estuvo cerca en 2008, en la final que jugó, y perdió, en Viena contra España.

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