dijous, 24 de setembre del 2020

Hungría, 3- Dinamarca, 1 (Euro 64-Partido por el tercer puesto)

261. Dezso Novák (2-1 y 3-1)

La Eurocopa es un torneo que comenzó a disputarse en 1960. No es tan antiguo como otros, como la Copa del Mundo, que data de 1930, o aún más que la Copa América, que es de 1916. No obstante, hay pocas imágenes de las primeras ediciones, las de los años sesenta, principalmente de los partidos que no fueran las finales. Justo por este motivo no existen evidencias en movimiento de un hecho tan poco habitual como que un defensa, y de los de la época, que pasaban poco del centro del campo, marcara dos goles que dieran a su selección el tercer lugar de un campeonato. Fue el caso del húngaro Dezso Novák.




Novák vivió un gran año 1964. Ya en 1960, con sólo 21 años, había disputado los Juegos de Roma. Entonces, los torneos olímpicos tenían una gran importancia en los países del este, que podían utilizar en él a sus mejores jugadores ya que, al ser de regímenes comunistas, no eran profesionales. Este era uno de los preceptos de la carta olímpica. Entonces, Hungría había quedado fuera de la competición en semifinales, eliminada por Dinamarca, contra quien había perdido por 2-0.

Aquel año, Hungría había disputado la primera edición de la Eurocopa, sin Novák, y había quedado eliminada por la URSS en las semifinales. En 1964, se había vuelto a clasificar. En un partido muy emocionante, los magiares habían sido eliminados por el anfitrión, España, en Madrid. La Hungría de los años sesenta no era tan espectacular como la del principio de los cincuenta, que dominaba el mundo, pero solía estar siempre presente en los grandes eventos. A aquel equipo del 64 le volvió a tocar jugar la final de consolación y, curiosamente, el rival fue Dinamarca, su verdugo de los Juegos de cuatro años antes.

Los goles

El duelo se jugó en el Camp Nou de Barcelona, ​​donde sólo se citaron 3.800 espectadores, el día antes de la final de Madrid entre España y la URSS. Ferenc Bene, que había marcado en las semifinales, adelantó a los centroeuropeos en el minuto 20, pero nueve minutos antes del final empató el danés Bertelsen. Habría una prórroga. Y allí emergió la figura de Novák, que no había disputado la semifinal.

Fue todo en tres minutos. En el 2 de la segunda parte de la prórroga, un penalti indicado por el colegiado suizo Meret permitió darle ventaja a su equipo. Sólo tres minutos más tarde, una falta en la frontal del área volvió a favorecer a Hungría. Novák volvió a asumir la responsabilidad y batió al portero Nielsen. Era la pequeña revancha contra los daneses y una simbólica medalla de bronce que significa el mejor resultado del país en una Eurocopa. Por desgracia, los goles no fueron registrados en su momento. La baja afluencia de público en el campo demuestra la poca importancia que se le debía dar al partido por parte de Televisión Española, que debería haber sido la encargada de grabarlo.

El historial de Novák con la selección creció ese mismo año. Pocos meses después se proclamó campeón olímpico en Tokio cuando Hungría derrotó por 2-1 a Checoslovaquia. Repitió medalla de oro en 1968, derrotando en la final a Bulgaria por 4-1. Su gran agujero negro, sin embargo, fue no poder participar en el mundial de Inglaterra, ya que no fue convocado.





Justamente por sus dos títulos olímpicos, Novák tiene un busto en los campos de entrenamiento del Ferencvaros, el club al que dedicó once años de su carrera y con el que ganó cuatro ligas y una Copa de Ferias. Fue en 1965 cuando el equipo de Budapest se atrevió a jugar la final de esta competición europea a partido único en el campo de la Juventus y derrotó a la Vecchia Signora con un gol de Fenyvesi. En 1968, estuvo a punto de volver a ganar el título, pero cayó en la final a doble partido contra el Leeds United. En aquel torneo, Novák colaboró ​​con sendos goles a las eliminaciones del Athletic de Bilbao y del Zaragoza. En la Copa de Europa, su mejor resultado fue unos cuartos de final, en 1966. El Inter de Milán eliminaría al Ferencvaros derrotándole por 4-0 en San Siro y empatando a un gol en Budapest, con un otra anotación de Novák de penalti, su gran especialidad.

Se retiró en 1972 e inició una carrera como entrenador en la que preparó durante tres etapas al propio Ferencvaros, además de a otros equipos húngaros como al Szombathely, en el que se había formado. Años después emprendería una aventura en Arabia Saudita, donde ganó muchos títulos, y seguramente también bastante dinero, con el Al Ittihad. Murió en 2014, con 75 años, sin que nadie, salvo los pocos que estaban en el campo aquel 20 de junio, hubiera visto el penalti y la falta que convirtieron a Hungría en el tercer mejor equipo de Europa en aquel lejano 1964.

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