dimarts, 8 de setembre del 2020

Italia, 1- Croacia, 1 (Euro 2012-Primera fase)

277. Mario Mandzukic (1-1)

2012 fue un año crucial para un delantero que, en las últimas temporadas, ha sido de los más rentables en Europa. Con un carácter fuerte y ganador, de los de no dar nunca un balón por perdido, la llegada a los grandes equipos y la eclosión de la selección nacional en el último mundial de Rusia, en 2018, han llenado de galardones al único jugador de la historia que ha marcado un gol en ambas porterías en una final de la Copa del Mundo. Es el croata Mario Mandzukic.


Aquel verano, el de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, Mandzukic ya sabía que la temporada siguiente jugaría en el Bayern de Múnich. En el Wolfsburgo, su club anterior, había completado dos buenas campañas, sobre todo la segunda, ya que en la primera el equipo había estado a punto de bajar. Provenía del Dinamo de Zagreb, y con 26 años se encontraba en el momento en que debía demostrar si valía para un club grande del continente o saber si su carrera se estancaría.

A nivel de selección, había debutado en 2007. Sólo había disputado un partido de la fase de clasificación para la Eurocopa del 2008, aquella en la que Croacia, junto con Rusia, habían dejado a Inglaterra fuera del torneo. Comenzó a frecuentar más las convocatorias en la fase previa del Mundial de 2010, pero el equipo croata no se clasificó y se perdió su primera gran cita. De cara a 2012, él jugó 10 partidos, con 3 goles, pero el equipo nacional fue segundo de grupo, detrás Grecia. Tuvo que disputar una repesca, ganada contra Turquía y, por fin, Mandzukic podría disputar un gran campeonato.

El gol

Y comenzó como un tiro. En el primer partido, contra Irlanda, marcó dos goles que ayudaron a la victoria por 1-3. Mandzukic es un delantero alto y fuerte, que se pelea con todo el mundo cuando es necesario, pero que no limita su radio de acción al área, a pesar de su envergadura. Se mueve bien como punta de referencia, pero también llegando de segunda línea e, incluso, partiendo desde una banda, como se demostró más tarde en su carrera.

En el segundo duelo de la Eurocopa, contra Italia, un triunfo croata clasificaba al equipo para los cuartos de final. Pero los transalpinos se adelantaron con una falta transformada por Andrea Pirlo en la primera parte. Fue a falta de dieciocho minutos para el final del enfrentamiento que surgió Mandzukic.



Los croatas, que estaban montando un equipo de alto nivel, tuvieron paciencia para atacar a la siempre bien colocada defensa rival, aunque los italianos, en este campeonato, brillaron más por el ataque, con un técnico como Cesare Prandelli en el banquillo. Finalmente, el esférico llegó a la izquierda, donde el lateral Strinic lo envió al área. De manera muy poco habitual, el central Chiellini calculó mal la trayectoria y no rechazó con la cabeza. El error, clamoroso, lo aprovechó bien Mandzukic, que paró el balón con la pierna derecha y, en posición forzada, batió a Buffon.

Croacia se quedaba con cuatro puntos e Italia con dos, antes de la última jornada del grupo. Pero una derrota balcánica contra España, posterior campeona, y un triunfo nada brillante de los italianos ante Irlanda cambiaron la situación y dejaron a los croatas fuera del torneo.

A pesar de la decepción, los siguientes años fueron brillantes para Mandzukic. En el posterior, el del debut con el Bayern, triplete con Heynckes en el banquillo y gol suyo en la final de la Liga de Campeones, ganada contra el Borussia Dortmund. La llegada al banquillo bávaro de Pep Guardiola, sin embargo, no le fue bien y en tuvo que salir por claras desavenencias con un técnico que prefería jugar sin un nueve fijo. Fichó por el Atlético de Madrid, donde tampoco se consolidó, a pesar de marcar doce goles y, con 29 años, recaló en la Juventus.

Y allí se reinventó. Massimiliano Allegri le encontró un lugar como interior izquierdo gracias al cual el equipo ganaba muchas acciones de pelotas cruzadas y prolongadas hacia el área. Obtuvo ligas con los turineses e incluso volvió a marcar en otra final de la Champions, la de 2017, aunque la perdió por 1-4 contra el Real Madrid. Después de haber participado en el mundial de Brasil de 2014, con dos goles, y en la Eurocopa de Francia de 2016, su gran momento con la selección llegó en 2018. Marcó tres goles en el torneo. Seguramente, el más importante, el de la prórroga de la semifinal contra Inglaterra, que clasificó a Croacia para la final.

En esta, inauguró el marcador en propia puerta contra Francia y lo cerró al aprovechar un error de Lloris para el 4-2 final en contra. Fue su último partido con el equipo nacional. Jugó un año más en Italia e inició una retirada dorada en el Al Duhail qatarí, aunque las cosas no le fueron demasiado bien y rescindió su contrato el 7 de julio pasado.

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