diumenge, 13 de setembre del 2020

Bélgica, 0- Italia, 2 (Euro 2016-Primera fase)

272. Emanuele Giaccherini (0-1)

Italia ha dispuesto, durante toda su historia, de un gran surtido de jugadores de equipo. Se trata de futbolistas que no son especialistas en una sola característica del juego, ni especialmente talentosos, pero que han servido al seleccionador en cuestión para ayudarle a plasmar sus ideas. Habitualmente, los de medio campo en adelante son versátiles, rápidos y con una gran capacidad de trabajo para cubrir la falta de esfuerzo defensivo de las contadas estrellas del equipo. En varios momentos de la última década, este lugar lo ha ocupado Emanuele Giaccherini.



Con capacidad para actuar en equipos grandes, como la Juventus o el Nápoles, pequeños, como el Cesena o el Chievo, e incluso en el extranjero, en el Sunderland inglés, Giaccherini puede ser de los últimos nombres cuando piensas en futbolistas de equipos importantes, o en selecciones italianas recientes, pero con sus 167 centímetros tiene dos ligas en el palmarés y la participación en dos Eurocopas y también en una Copa Confederaciones. Le faltó poder disputar el Mundial de Brasil de 2014, para el que había intervenido en toda la fase de clasificación, pero cayó a última hora de los planes de Cesare Prandelli.

Como nuevo jugador de la Juventus, y de manera sorprendente, disputó el torneo europeo del 2012, en Polonia y Ucrania, ya que sólo había jugado un partido amistoso anterior con el equipo de Prandelli. Fue la apuesta del técnico, como obrero, en los importantes partidos de la primera fase contra España y Croacia, pero el seleccionador no contó más con él. De todos modos, se puede apuntar el subcampeonato del torneo como propio. También asistió a la Copa Confederaciones del año posterior, en Brasil, en la que fue un fijo, con todos los partidos jugados y un gol.

Aquel verano fichó por el Sunderland, equipo con el que llegó a disputar la final de la Copa de la Liga, pero no entró en la convocatoria de Prandelli para la Copa del Mundo. Para la Eurocopa de 2016 debió pensar que el hecho de jugar en el extranjero, y en un equipo que no era de primera línea, le restaba posibilidades de ser convocado y fichó por el Bolonia. Su buena temporada le hizo entrar en la lista de Antonio Conte, un seleccionador que lo conocía bien, ya que la había tenido bajo sus órdenes en la Juventus.

El gol

Y como ocurrió en la Eurocopa anterior, comenzó la de Francia de 2016 de titular. El debut también era muy complicado, contra una Bélgica que se postulaba como una de las favoritas al título. Pero el equipo de Conte se aplicó en defensa y, sobre todo, encontró los errores del rival. Así, en el minuto 32, el central Bonucci envió un balón largo y frontal que no debía tener peligro. Pero vaya si lo tuvo.



El esférico se envenenó para el central Alderweireld, que se lo tragó. Giaccherini le ganó la espalda, paró el balón con calidad y batió a Courtois de un tiro cruzado. Era el primer gol, muy celebrado por el extrovertido jugador. Los belgas estuvieron intentando atacar durante todo el partido, pero se estrellaron una y otra contra la defensa transalpina hasta que, en el último minuto, otra anotación, de Graziano Pelle, dejó el 0-2 final.

Giaccherini siguió contando con la confianza de Conte durante todo el torneo. Fue titular siempre, excepto en el partido contra Irlanda en el que, con el primer puesto de grupo ya seguro, descansaron titulares. En el duelo decisivo de cuartos de final contra Alemania, el pequeño jugador italiano disputó los 120 minutos e, incluso, anotó un lanzamiento de la tanda de penaltis. Pero su equipo quedó eliminado. Con la derrota, y con 31 años recién cumplidos, había disputado su último partido con la azzurra. No entró en los planes de Gian Piero Ventura para la siguiente fase de clasificación, en la que los italianos quedaron fuera de un mundial por primera vez en 60 años.

El pequeño extremo fichó entonces por el Nápoles, donde parecía que tendría un lugar por la forma de jugar del equipo, pero fue poco utilizado durante la primera temporada y aún menos en la siguiente. Fue contratado por el Chievo Verona con 33 años, y el ejercicio acabó con un descenso a la Serie B, en la que afrontó la temporada 2019-20, siempre con la misma intensidad, innegociable independientemente de la categoría del equipo que defendía.

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