dijous, 11 de juny del 2020

Francia, 4- Yugoslavia, 5 (Euro 60-Semifinales)

366. Milan Galic (0-1)


El primer gol de la historia de las fases finales de las Eurocopas llegó en uno de los estadios con más renombre de Europa. El Parque de los Príncipes de París acogió una semifinal y la final del primer torneo, en julio de 1960, en el que participaron, además de Francia, el anfitrión, tres de las potencias de la Europa del este del época, Yugoslavia, la Unión Soviética y Hungría

En la primera semifinal, el día 6, franceses y yugoslavos se vieron las caras en un duelo espectacular. El conjunto galo venía de un extraordinario tercer puesto en el Mundial de Suecia de dos años antes. De la mano de sus estrellas, Kopa, Fontaine y Piantoni, eliminó a Grecia y a Austria y se disponía a convertirse en campeón en casa. Pero sus tres delanteros fueron baja para unas semifinales en las que se vio las caras con el rocoso conjunto yugoslavo. Los "plavi" ( "azul" en serbo-croata) estaban formando una selección que dos años más tarde, en Chile 62, disputaría las semifinales. Se habían deshecho de Bulgaria y de una Portugal en la que aún no estaba Eusebio, pero donde ya despuntaban estrellas del Benfica campeón de Europa de 1961 y 1962.



Uno de los goleadores del último partido de clasificación, que acabó con 5-1 para los balcánicos ante los lusos, fue Milan Galic. Era un delantero que desarrolló casi toda su carrera en el Partizán de Belgrado, al que llegó procedente del Proleter en 1958. 1960 fue un gran año para él, ya que disputó la final de la Eurocopa y fue campeón olímpico en Roma. En ambos casos se convirtió el máximo anotador del torneo, aunque en la Eurocopa fue un honor compartido. También militó en la formación que quedó cuarta en Chile y concluyó su etapa en el equipo blanquinegro disputando, y perdiendo, la final de la Copa de Europa de 1966 ante el Real Madrid (2-1). Luego, inició una carrera en el extranjero,

Precisamente, durante este período crepuscular de su trayectoria, en las filas del Standard de Lieja, se tomó la revancha de los blancos en los octavos de final de la Copa de Europa de 1970. Los belgas derrotaron a los madrileños por 1-0 en el estadio Sclessin y dieron la gran sorpresa al vencer por 2-3 en Chamartín, con un gol del propio Galic para cerrar el marcador. Lamentablemente para su equipo, el Leeds se cruzaría en su camino en cuartos. Ganó dos ligas y una Copa en Bélgica antes de disputar sus tres últimos años con otro equipo mítico de las competiciones europeas, el Stade de Reims francés. Ya retirado, trabajó para la federación yugoslava y murió en 2014, con 76 años.

El gol

Galic entró en la historia de las Eurocopas con un gol que no tuvo mucho tiempo de celebrar, pero que acabaría siendo importante. Fue a los once minutos del partido contra Francia. Ambos equipos aún se estaban tanteando cuando el delantero del Partizán recogió un balón unos metros fuera del área y explotó una de sus mejores cualidades: el remate. Sin pensarlo dos veces, empalmó un fuerte disparo con la pierna derecha que entró pegado a la escuadra izquierda del portero galo Lamia.



Galic y sus compañeros no fueron mucho rato por delante en el marcador ya que, apenas un minuto más tarde, el francés Jean Vincent empataría el duelo. Éste, totalmente enloquecido en la segunda parte, acabó con victoria yugoslava por 4-5, después de que los visitantes remontaran un 4-2. Al final, la anotación de Galic contó tanto como las otras y la leyenda del Partizán, no sólo accedió a la final contra la Unión Soviética, sino que inscribió su nombre como primer goleador del campeonato.

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