dimarts, 30 de juny del 2020

Alemania, 1-Rumania, 1 (Euro 2000-Primera fase)

347. Mehmet Scholl (1-1)

La selección alemana de principios del siglo XXI tuvo debacles sonadas en las Eurocopas. Después del título del 1996, la Mannschaft atravesó un período de regeneración que le supuso dos eliminaciones dolorosas en las primeras rondas de los torneos de 2000 y 2004, a pesar de que, en medio, fue subcampeona mundial en Corea y Japón. En el torneo de Bélgica y los Países Bajos, Erich Ribbeck entrenaba a un conjunto en el que ilustres veteranos como Matthäus o Hassler, campeones mundiales diez años antes, y otros que habían triunfado en la anterior Eurocopa, como Bierhoff, todavía tenían que tirar del carro. Uno de estos, aunque con no tanta presencia en el equipo federal en grandes competiciones, era Mehmet Scholl.

El talentoso centrocampista ya tenía 30 años en esta cita. A pesar de formar parte de un Bayern triunfador, multivencedor de la Bundesliga y que la primavera siguiente se proclamaría campeón de Europa contra el Valencia, la presencia de Scholl en la selección había sido irregular. En 1996 había sido campeón tras una final en la que él había sido el sustituido por Bierhoff, autor de los dos goles del triunfo. En 1998, Berti Vogts había apostado por el músculo de hombres como Hamann, Jeremies y Freund y el talento de los veteranos Hässler y Möller antes que por él. Ahora, la Eurocopa del 2000 le llegaba en un buen momento.

Pero en el primer partido, Alemania tuvo que remar en contra. Moldovan avanzó a Rumanía a los cinco minutos de juego de un partido disputado bajo un sol de justicia en Lieja. Scholl comenzó a comandar el juego teutón hasta que, en el minuto 28, llegó su golazo.

El gol

Fue en una larga acción conducida por Babbel y Linke por la banda derecha. El esférico fue hacia el medio. El delantero de ascendencia brasileña Paulo Rink lo prolongó aún más hacia el centro y lo recibió Scholl. Este se lo situó para su pierna izquierda, observó la portería y soltó un fuerte disparo que sorprendió al portero rumano Stelea El gol se puede ver en el siguiente vídeo a partir del minuto 15:36.

Aunque disponía de una hora por delante, Alemania no fue capaz de vencer, presa de un juego excesivamente vertical y poco elaborado. Además, cayó en los dos siguientes partidos, contra Inglaterra por 1-0 y estrepitosamente contra Portugal por 3-0, y dijo adiós al torneo.

Scholl tuvo la oportunidad de ir al Mundial del 2002 ya que Rudi Völler, el seleccionador, le quiso repescar por la baja de Sebastian Deisler, pero él consideró que no estaba en condiciones de participar ya que se acababa de recuperar de una lesión. Fue el principio de un calvario con los problemas físicos que le acompañó hasta el final de su carrera, en 2007. Estuvo quince años con los bávaros, el club de su vida, aunque no provenía de su plantel, sino que fue fichado del Karlsruher, el equipo de su ciudad, con 21 años.










dilluns, 29 de juny del 2020

Rumania, 1-España, 2 (Euro 96-Primera fase)

348. Florin Raducioiu (1-1)

El delantero rumano Florin Raducioiu lo tenía todo para convertirse en uno de los grandes atacantes europeos de la década de los 90. Presencia, velocidad, técnica y remate adornaban el juego de quien fue la punta de lanza de la mejor selección rumana de la historia . Con una notable presencia en las citas importantes para su país, sobre todo en el Mundial de Estados Unidos, Raducioiu, de todos modos, no se llegó a establecer nunca en un equipo en concreto y vivió una agitada trayectoria de clubes que seguramente quedó corta, vista su calidad.

En 1996, Rumanía llegaba a la Eurocopa de Inglaterra, su primera en doce años, después de un gran Mundial de Estados Unidos, en 1994. El equipo preparado para Anghel Iordanescu había jugado los cuartos de final contra Suecia y sólo los penaltis lo habían apartado de ser entre los cuatro mejores. En Inglaterra aspiraba a hacerlo bien, pero cayó en un grupo muy duro y después de dos partidos y dos derrotas por la mínima, y ​​sin goles, contra Francia y Bulgaria ya estaba eliminado.

Ante España, y sin nada que hacer, Rumanía quería salvar el honor, pero el equipo de Clemente, que necesitaba el triunfo para pasar a cuartos de final, se adelantó a los once minutos con un gol del extremo Manjarín. Fue a la media hora de juego cuando llegó la única anotación rumana del torneo.

El gol

Este llegó en una buena salida de balón de Stinga por la banda derecha de los rumanos. La defensa española se adelantó, pero sin presionar, y permitió que el centrocampista enviara un esférico a la espalda de los centrales con mucho campo por delante. Raducioiu recogió la asistencia, entró en el área, encaró a Zubizarreta y lo superó con clase y calidad. El gol se puede ver a partir del segundo número 37

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Rumanía puso las cosas complicadas y sólo cedió, por tercera vez seguida por la mínima, por culpa de un gol de Amor en la segunda parte. Éste, además, fue el último partido de Raducioiu con la selección. Antes, había tenido buenos años en Italia con el Bari, el Verona y el Brescia y se había ganado un contrato con el poderoso Milan, aunque no llegó a triunfar. Después fichó por el Espanyol, con quien jugó los dos años anteriores a la Eurocopa. Una vez terminado el torneo, fichó por el West Ham, pero no brilló y volvió a Barcelona. Su juego, sin embargo, ya no era el mismo.

El resto de su carrera no fue muy exitosa. Fue cedido al Stuttgart y luego jugó en el Brescia, volvió al equipo en el que se había formado, el Dinamo Bucarest, y finalizó en Francia, en el Mónaco y el Creteil, ya con 34 años.

diumenge, 28 de juny del 2020

Francia, 1-Dinamarca, 2 (Euro 92-Primera fase)

349. Jean-Pierre Papin (1-1)

Francia llegaba a la Eurocopa de 1992 en un momento extraño de su historia. Tras dos semifinales mundialistas en la década de los ochenta, se había perdido la Eurocopa del 88 y el Mundial del 90, pero se había clasificado brillantemente para el torneo europeo de 1992 tras eliminar a España en la fase previa. El equipo dirigido por Michel Platini aparecía como uno de los favoritos en el campeonato ya que disponía de una plantilla potente, sobre todo en la delantera, formada por el irascible Éric Cantona, al que faltaban unos meses para fichar por el Manchester United procedente del Leeds, y el goleador Jean-Pierre Papin.


El pequeño delantero, máximo realizador de las tres ediciones precedentes de la Copa de Europa, había completado seis grandes temporadas en el Olympique de Marsella, equipo con el que había sido subcampeón continental en 1991. Se había dado a conocer con un gol el Mundial de México, en 1986, pero no había podido volver a participar en ninguna otra gran cita. Aquel verano había puesto fin a su aventura en casa y había fichado por el Milan, que volvía a las competiciones europeas tras una sanción. En la Eurocopa de Suecia, ya había marcado en el debut, contra los anfitriones, pero no lo había podido hacer frente a Inglaterra. Dos empates para los franceses, que podrían tener suficiente con otro contra los daneses en el último partido para entrar en las semifinales.

El gol

El partido no había comenzado muy bien para los galos ya que Henrik Larsen había avanzado a Dinamarca en el marcador, un resultado que les dejaba fuera. El partido se disputaba en Malmö, a sólo veinte kilómetros de Copenhague, y las gradas estaban llenas de aficionados de los nórdicos, que casi jugaban en casa. El duelo se convirtió en un asedio de Francia para encontrar un empate que llegó al inicio de la segunda parte y que en el siguiente vídeo se puede ver a partir del minuto 1:58


El compañero de Papin en el Marsella Jean-Philippe Durand filtró un balón entre la defensa danesa, que salió mal y dejó a dos jugadores descolgados. El delantero lo controló, observó la posición del portero Schmeichel y lo superó con un disparo cruzado. El gol permitía a Francia clasificarse para jugar contra los Países Bajos en una semifinal.

Pero doce minutos antes del final, Elstrup marcó un gol que enloqueció a la afición danesa y que dejó a los franceses fuera de combate. Papin, que terminaría su carrera con 30 goles en 54 partidos internacionales, una muy buena marca, dejó el campo sin saber que aquel sería su último partido en un gran torneo de selecciones. Francia no entró en el siguiente Mundial, el de los Estados Unidos, y en la Eurocopa del 96, con 33 años, su rendimiento irregular en el Bayern de Múnich, con sólo tres goles en dos temporadas, lo dejó fuera de la lista.

dissabte, 27 de juny del 2020

España, 1-Bulgaria, 1 (Euro 96-Primera fase)

350. Hristo Stoichkov (0-1)

Bulgaria llegaba a la Eurocopa de 1996 en Inglaterra tras su extraordinario papel en la Copa del Mundo de Estados Unidos de dos años antes, en el que había sido cuarta. El conjunto de Dimitar Penev debutaba en un torneo europeo con la intención de alargar su momento, con una generación de jugadores única liderada por el máximo goleador del Mundial, Hristo Stoichkov.


El delantero ya tenía treinta años y, tras abandonar el Barça el verano anterior, emprendería un regreso al Camp Nou la siguiente temporada. El primer partido de Bulgaria en el torneo era, precisamente, contra España, con lo que tenía enfrente a muchos de sus antiguos y futuros compañeros. Entre ellos, el portero Andoni Zubizarreta, que había fichado por el Valencia dos temporadas antes. En el partido, jugado en Leeds, Bulgaria actuó a la contra, pero creó mucho peligro al inicio de la segunda parte. Stoichkov marcó un gol invalidado injustamente por el colegiado italiano Piero Ceccarini por un fuera de juego inexistente. Poco después, pese a ello, tuvo otra oportunidad.

El gol

Fue en un balón largo del mismo Stoichkov, en el minuto 20 de la reanudación, en la que el extremo Emil Kostadinov ganó la espalda a Sergi Barjuán. El lateral quiso recuperar la posición pero, ya en el área, impactó con la rodilla en el muslo del rival y cometió penalti.



Stoichkov recogió el esférico, lo puso en el punto de penalti y anotó el primer gol del partido, con un disparo que pegó en un palo antes de superar a Zubizarreta. Pero Bulgaria sólo pudo mantener nueve minutos la ventaja, ya que Alfonso empató y propició el justo reparto de puntos.

El delantero búlgaro marcó en los tres enfrentamientos que su equipo disputó en el campeonato, un gol en cada uno de ellos, con una victoria, un empate y una derrota, pero no fue suficiente para conducir a su país hasta los cuartos de final. Fue la única Eurocopa que jugó el Balón de Oro de 1994.

divendres, 26 de juny del 2020

Dinamarca, 5- Yugoslavia, 0 (Euro 84-Primera fase)

351. John Lauridsen (5-0)

Dinamarca deslumbró a toda Europa a mediados de los ochenta. La Dinamita Roja estalló en la Eurocopa de Francia de 1984, en que llegó a unas semifinales que perdió por penaltis. Los nórdicos, que debutarían, y de qué manera, en un Mundial dos años después, y que sólo habían estado en una fase final de la competición europea, veinte años antes, iniciaron el torneo con una derrota ajustada contra Francia, el anfitrión. Necesitaban vencer en el segundo partido ante Yugoslavia, que había caído en el debut contra Bélgica, para aspirar a pasar ronda.

Y vaya si lo hicieron. Una paliza por 5-0, con un juego vertical y muy físico ante el que los balcánicos no pudieron hacer nada. Arnesen y Berggreen, en la primera parte, y el mismo Arnesen y Elkjaer Larsen, en la segunda, habían anotado cuatro goles. El duelo estaba terminado pero todavía faltaba el momento para un mítico jugador de la liga española.


John Lauridsen tenía 25 años y hacía dos que había aterrizado en el Espanyol. Centrocampista que combinaba la técnica con la potencia física, muy comparable a Bernd Schuster, con quien compartía ciudad de residencia, y no sólo por el aspecto físico, no tenía lugar en el equipo titular de Sepp Piontek. Había intervenido en la fase de clasificación y en Francia había jugado la segunda parte contra los anfitriones en sustitución de Alan Simonsen, que había sufrido una fractura de tibia que casi le retiraba del fútbol. Ante los yugoslavos entró en el minuto 78 y aún tuvo tiempo de marcar.

El gol

Faltaban seis minutos para el final cuando los daneses aún querían hacer más sangre. Elkjaer sirvió de banda por la derecha y cedió el balón a Laudrup. Este lo hizo llegar como pudo a Berggreen y el pase al espacio del centrocampista del Pisa fue a parar a Lauridsen. Este, entrando por la izquierda, encaró a su defensor y, antes de que le entrara, colocó el balón con suavidad en el segundo palo, lejos del alcance del portero Ivkovic.




Lauridsen ya no jugó más minutos en todo el torneo ni en ninguna otra fase final con la selección danesa. De hecho, sólo intervino en siete enfrentamientos más con el equipo nacional en el resto de su carrera, la mayoría, amistosos. En cambio, se mantuvo cuatro años más en el Espanyol, equipo que abandonó tras la derrota en la final de la Copa de la UEFA contra el Bayer Leverkusen, y dos en Málaga, antes de volver a casa y retirarse en el Esbjerg, el equipo que lo había proyectado hacia Barcelona.

dijous, 25 de juny del 2020

Suecia. 2- Inglaterra, 3 (Euro 2012-Primera fase)

352. Olof Mellberg (2-1)

Pocas veces podemos decir que un defensa central marca dos goles en un partido y, además, en diez minutos de diferencia. El sueco Olof Mellberg lo consiguió en la Eurocopa 2012, pero con dos salvedades: el primero de ambos fue concedido al defensa inglés Glen Johnson en propia puerta y, además, las dos anotaciones no sirvieron para nada a Suecia, ya que terminó perdiendo el partido.

Los escandinavos habían caído en el duelo inaugural de su grupo por 2-1 contra Ucrania y necesitaban vencer a Inglaterra, o al menos no perder, en el segundo para mantener opciones de clasificación. El técnico, Erik Hamrén, apostaba en el campeonato por una defensa de cuatro, aunque el lateral derecho, Granqvist, también podía jugar de central. Uno de los dos componentes del centro de la retaguardia era Olof Mellberg. Con casi 35 años había fichado por el Villarreal, conjunto que acababa de bajar a Segunda, después de una larga carrera que lo había llevado de su Suecia natal al Racing de Santander, siete temporadas en el Aston Villa, a la Juventus y al Olympiacos.

Mellberg era un jugador sobrio, que podía actuar de lateral pero que rendía mejor en el centro, y más teniendo en cuenta su edad. En el partido jugado en Kiev, los ingleses se adelantaron con un gol de Andy Carroll. Fue al inicio de la segunda parte cuando llegaron los diez minutos fantásticos del defensa sueco.

Lo(s) gol(es)

Así, en el minuto 4 de la reanudación, Ibrahimovic lanza una falta en la frontal del área que pega en la barrera. Le vuelve a caer el balón, intenta una especie de tijera fallida pero el balón cae a Mellberg. Este no se encuentra en fuera de juego, ya que el lateral Johnson lo evita. El sueco chuta, supera al portero Hart y el mismo Johnson acaba de introducir el balón en su propia portería.

Diez minutos más tarde llega otra acción a balón parado, una falta lateral que no está muy cerca del área. Los suecos, sin embargo, se sienten poderosos en el juego aéreo y más disponiendo de una pierna derecha como la de Sebastian Larsson para colgar el balón. El centrocampista la pone perfectamente y Mellberg rompe la línea inglesa y anota el 2-1 de cabeza. Un gol y medio que parece propulsar a su equipo.

Lamentablemente para sus intereses, Inglaterra reaccionará y se acabará imponiendo por 2-3, con goles de Walcott y Welbeck superando la lenta retaguardia nórdica. Suecia ganará el último partido del grupo contra Francia por 2-0 pero sus errores pasados ​​la dejan fuera del torneo.

Mellberg, por su parte, estuvo un solo año en el Villarreal pero contribuyó decisivamente al regreso de la entidad castellonense a Primera. Después, fichó por Copenhague, donde se retiró antes de iniciar su carrera como entrenador.

dimecres, 24 de juny del 2020

Suiza, 1-Francia, 3 (Euro 2004-Primera fase)

353. Johan Vonlanthen (1-1)

La selección suiza es una de las europeas que disponen de jugadores de orígenes más distintos. En los últimos años, las plantillas que ha llevado a los grandes torneos han estado repletas de futbolistas cuyas familias procedían de muchos países, sobre todo de la antigua Yugoslavia, pero también de otras zonas del mundo. En 2004, cuatro años antes de ser sede de la Eurocopa, junto con Austria, la Confederación Helvética no era tan mestiza, pero sí disponía de algunos elementos que, incluso, no eran nacidos en Suiza. Era el caso del joven Johan Jarlín Vonlanthen Benavídez.


Con sólo 18 años y 4 meses, el delantero, de madre colombiana y residente en Suiza desde hacía sólo seis, ya había dejado a su conjunto de origen, el Young Boys de Berna, y formaba parte de la plantilla del PSV Eindhoven después de haber rechazado una oferta del Real Madrid puesto que los neerlandeses le aseguraban estar en la primera plantilla. El seleccionador, Köbi Kuhn, lo había incluido a última hora en la lista para jugar la Eurocopa de Portugal. Antes del torneo, sólo un partido amistoso contra Liechtenstein y debut en la competición con una clara derrota por 0-3 contra Inglaterra en el segundo partido del grupo, un resultado que dejaba a los suizos con un pie fuera del torneo. En ese duelo, Vonlanthen sólo jugó seis minutos.

El gol

En el tercer partido, el delantero estrenó titularidad. Suiza tenía que ganar, pero delante estaba la actual campeona, Francia que, además, se adelantó con un remate de cabeza de Zidane en el minuto 20. Sólo seis después, llegó el empate. El central Silvestre comete uno de sus típicos errores en la salida del balón y la entrega al suizo Gygax. Este lo cede en Cabanas, talentoso centrocampista del Grasshopper de origen español, que observa la diagonal de Vonlanthen. Envía el esférico al espacio y el joven delantero remata cruzado, y no muy fuerte, fuera del alcance de Barthez.



Con el gol, anotado en Coimbra, Vonlanthen se convertía en el anotador más joven de una fase final de la Eurocopa con 18 años y 137 días y superaba a Wayne Rooney, que se había situado en la misma posición pocos días antes, precisamente tras marcar ante Suiza. Finalmente, Francia ganó por 1-3 el partido y dejó a los helvéticos fuera de la competición.

La carrera posterior de Vonlanthen no cumplió con las expectativas. En el PSV no se consolidó, fue cedido y jugó en el Brescia, el NAC Breda y el Salzburgo. El equipo austriaco le dejó a préstamo en el Zúrich y en 2012 anunció que se retiraba por culpa de una lesión en la rodilla. En medio, había actuado en la Eurocopa de su país, en 2008, pero los problemas físicos le hicieron perderse los mundiales de 2006 y de 2010.

Pese al anuncio, en 2013 volvió a jugar en el Itagüí, en el país de su madre, antes de retornar a Suiza, donde actuó en el Grasshopper, el Schaffhausen y el Wil, que lo cedió un año al Servette , antes de retirarse, ahora sí, definitivamente. Era 2018, catorce años después del gol que no fue muy útil para su selección pero que a él le hizo entrar en la historia.

dimarts, 23 de juny del 2020

República Checa, 2- Croacia, 2 (Euro 2016-Primera fase)

354. Ivan Rakitic (0-2)

La selección croata ha atesorado mucho talento desde que pudo empezar a competir como estado independiente durante los años 90. La primera ola llegó con el tercer puesto en el Mundial de Francia y en la segunda, en esta década, con resultados tan importantes como el subcampeonato del mundo de 2018. Algunos de los jugadores que han integrado los diferentes conjuntos balcánicos son hijos de la emigración de la guerra, de familias que tuvieron que dejar sus países por el conflicto y se integraron en otras sociedades. Es el caso de Ivan Rakitic, aunque de hecho su familia llegó a Suiza en 1985, antes del estallido de las hostilidades.



El joven Ivan llegó a jugar con las categorías inferiores del país helvético, pero cuando se hizo mayor decidió hacerlo por Croacia, la tierra de sus padres. Destacó en el Basilea, se trasladó a Alemania, donde comenzó a ser conocido en el Schalke y explotó cuando llegó a la liga española, al Sevilla, primero y al FC Barcelona, ​​después. En 2016, a los 28 años, ya era un jugador consagrado. Afrontaba su tercera Eurocopa y en esta, por fin, consiguió su primer gol.

El gol

En los últimos años, Rakitic había retrasado su posición hasta convertirse en un centrocampista muy completo. En la selección combina muy bien con hombres como Modric o Brozovic, y esto es clave en los buenos resultados del equipo nacional. En Francia, Croacia había comenzado venciendo a Turquía por 0-1, con gol del jugador del Real Madrid, y contra la República Checa, dominaba a placer. Ganaba por 0-1, con un gol de Perisic, cuando llegó el segundo.


Fue precisamente Brozovic quien recuperó el balón tras un saque de puerta demasiado precipitado de Cech, que puso en un compromiso a su compañero Hubnik y provocó que este perdiera el balón. Brozovic lo cedió inmeditamente a Rakitic, con la defensa checa mal ubicada y este, demostrando su buena llegada al área, picó el esféricoa suavemente por encima del portero para anotar el 0-2

Croacia no pudo asegurar la victoria, ya que los checos empataron el partido a dos, pero la posterior victoria contra España la dejaría primera de grupo. Parecía una buena oportunidad para llegar lejos, pero Portugal se le cruzó en los octavos. La consolidación llegaría dos años después, con Rakitic como pieza clave y en el mejor momento de su carrera.

dilluns, 22 de juny del 2020

Francia, 4- Yugoslavia, 5 (Euro 60-Semifinales)

355. François Heutte (2-1)

Francia ha sido un país fundamental en la creación de las grandes competiciones, ya sea a nivel de clubes, o de selecciones. Jules Rimet promulgó la organización de la Copa del Mundo, que vivió su primera edición en 1930. La idea de L'Équipe y de su director, Gabriel Hanot, fue el embrión de la Copa de Europa de clubes y con la Eurocopa de naciones pasó lo mismo. Fue propulsada por Henri Delaunay, secretario general de la UEFA, que no pudo ver cómo se celebraba su proyecto, ya que murió en 1955. El trofeo que se entrega al campeón, por este motivo, lleva su nombre.

La primera edición, por lo tanto, se tenía que jugar en Francia por fuerza. Fue un torneo corto, con dos semifinales y una final. El equipo anfitrión, dirigido por Albert Batteux, introdujo muchos cambios en la delanter por las bajas de sus estrellas, Kopa, Fontaine y Piantoni. Entraron una serie de jugadores jóvenes como Michel Stievenard o Maryan Wisnieski, ambos del Lens, para acompañar al veterano Jean Vincent. Otra de estas incorporaciones fue el jugador del Racing de París François Heutte.



Se trataba de un pequeño y escurridizo extremo que vivió, seguramente, su mejor partido internacional en un duelo que terminó en derrota. El rival en la semifinal, la talentosa Yugoslavia y el partido, el primero de la historia de las Eurocopas, uno de los más espectaculares. Se adelantaron los balcánicos con un gol de Galic que igualó Vincent. Entonces llegó el primero de los grandes momentos de Heutte

El gol

Porque en el minuto 18 de la segunda parte llegó la acción que situaba a Francia por delante en el marcador. Un ataque por el centro es rechazado por uno de los defensas yugoslavos cuando Wisnieski intentaba hacerse con el control del balón y entrar en el área. Este quedó muerto en la frontal y Heutte, que había abandonado la banda, soltó un disparo fortísimo que entró con una gran velocidad en la portería defendida por Soskic. En el siguiente video se puede ver el gol entre los segundos 51 y 57.


Fue el primero de los dos goles de Heutte ese día, ya que también marcó el 4-2, lo que parecía que daba la clasificación a los franceses. Antes, Wisnieski había anotado el 3-1 y Zanetic había reducido la distancia. Desgraciadamente para los galos, sin embargo, entre Knez y Jerkovic, este en dos ocasiones, en sólo cuatro minutos, dieron la vuelta al resultado y clasificaron a los yugoslavos para la final.

La carrera de Heutte en la selección fue corta, con sólo nueve partidos y otro gol. En sus equipos tampoco tuvo mucha suerte. Con el Racing fue dos veces subcampeón de liga, ambas por sólo un gol de diferencia, y cuando el equipo de la capital bajó a Segunda fichó por St. Étienne, donde coincidió con su ex compañero de la selección Wisnieski. Pero en los "verts" las cosas no le funcionaron, estuvo un solo año e inició un periplo que le llevó al Lille, en Reims y al Chaumort antes de volver al Racing para retirarse allí.

diumenge, 21 de juny del 2020

Francia, 2- Inglaterra, 1 (Euro 2004-Primera fase)

356. Frank Lampard (0-1)

Inglaterra llegaba a la Eurocopa de 2004, la de Portugal, después de haberlo hecho bien en el Mundial de Corea y Japón, con una eliminación asumible en los cuartos de final contra Brasil. El seleccionador, Sven Göran Eriksson, contaba con una buena hornada de jugadores que unía la veteranía de la columna vertebral del Manchester United triunfador de los últimos años, con Beckham y Scholes cerca de la treintena, con los nuevos talentos emergentes, como el jovencísimo Rooney , con sólo 19 años, Owen, Gerrard o Frank Lampard.


El centrocampista del Chelsea, con 25 años, se disponía a vivir los mejores momentos de su carrera a las órdenes de un José Mourinho que acababa de ser campeón de Europa con el Oporto. Lampard no intervenía excesivamente en el juego, pero era un centrocampista letal cuando se acercaba al area. Sabía medir cuando era necesario llegar a zona de ataque y acababa las temporadas con unas importantes cantidades de goles, gracias a su buen remate, tanto con los pies, como con la cabeza, aunque no fuera muy alto.

Inglaterra afrontaba un debut duro en la Eurocopa de Portugal contra Francia, conjunto que había fracasado el último Mundial pero que defendía título. Una victoria podía significar asegurar el primer lugar de un grupo que completaban Suiza y Croacia, a priori más débiles, y evitar a los anfitriones en los cuartos de final. Y en el enfrentamiento disputado en el Estadio da Luz las cosas empezaron bien.


El gol

El partido del estreno en el torneo, muy igualado, se encaminaba al descanso cuando una acción a balón parado adelantó a los ingleses. David Beckham ejecutó primorosamente un lanzamiento de falta lateral desde la banda derecha y Lampard, en el primer palo, se adelantó a la defensa francesa, principalmente a Silvestre, y giró el cuello para batir al portero Barthez.





El partido pudo terminar de diferente manera si, en la reanudación, Beckham no hubiera fallado el penalti que suponía el 0-2, parado por Barthez, o si los ingleses no hubieran jugado tan mal un descuento en el que Zidane emuló el Manchester United de la final de la Liga de Campeones del 1999 y marcó dos goles que dieron la vuelta al resultado. La derrota supondría que Inglaterra acabara segunda y jugara, y perdiera, los cuartos contra Portugal.

En cuanto a Lampard, curiosamente, a pesar de su larga carrera esta fue la única Eurocopa que disputó. Inglaterra no se clasificó para la del 2008 y una lesión en un muslo le apartó de la del 2012, el año en que ganó la Champions, para la que estaba convocado.

dissabte, 20 de juny del 2020


Irlanda, 1- URSS, 1 (Euro 88-Primera fase)

357. Ronnie Whelan (1-0)

El irlandés Ronnie Whelan es toda una leyenda en Anfield. Llegó allí en 1979, con 18 años, y estuvo una década y media en la que los reds lo ganaron todo, desde dos Copas de Europa a principios de los ochenta hasta esparcir su hegemonía en las islas al final, cuando ya no podían disputar competiciones europeas por culpa de la tragedia de Heysel.


Whelan era un medio centro con mucho oficio, pierna fuerte y gran despliegue físico. Fijo con casi todos los entrenadores que tuvo, formó parte de la mejor generación de jugadores de su país en toda la historia, la que jugó dos Mundiales y una Eurocopa, competiciones para las que los integrantes de la Isla Esmeralda no se habían clasificado nunca.

Irlanda afrontaba el segundo partido de la Eurocopa de 1988, en Alemania, contra la Unión Soviética eufórica tras haber derrotado a Inglaterra en el estreno. Su adversario también había dado la sorpresa. Había derrotado a los Países Bajos con lo que el duelo que debían afrontar las dos formaciones en Hannover podía dar el pasaporte para las semifinales al ganador.

El gol


Y tal como ocurrió contra los ingleses, Irlanda fue quien golpeó primero y, además, de una manera espectacular. El conjunto que dirigía Jackie Charlton no disfrutaba de una calidad técnica muy alta, pero lo compensaba con mucha entrega y el aprovechamiento de las jugadas de estrategia. Entonces no se acostumbraban a lanzar los saques de banda directos en el área, pero el equipo disponía de un especialista en hacerlo, el jugador del Celtic y posterior seleccionador, Mick McCarthy, uno de los dos centrales del equipo.



Así, el esférico salió catapultado hasta más allá de la altura del punto de penalti, pero en la frontal del área. Whelan, que lo esperaba, no se lo pensó dos veces, se situó para rematar de tijera con la pierna izquierda y empaló un tiro que se fue abriendo hasta hacerse imparable para el portero soviético Dassaev. No sería el último gol de estas características que encajaría en el torneo. En la repetición desde detrás de la portería se puede observar cómo Whelan no tocó el balón con el pie, sino con la espinilla, pero esto no quitó nada de precisión en el remate, que entró como un obús en la portería soviética .

El gol daba media clasificación a Irlanda, pero la URSS empató a un cuarto de hora del final con una anotación de Protasov. Al final, el equipo de Charlton no se clasificó porque perdió contra los Países Bajos en el último duelo del grupo en un partido agónico, pero plantó la semilla para la buena actuación de los dos Mundiales posteriores. Whelan vivió el tramo final del gran Liverpool de los ochenta, antes de dejarlo, en 1994. Desempeñó el cargo de entrenador-jugador en el Southend United y tuvo una corta etapa como preparador en Grecia y Chipre, destinos muy exóticos para la que había sido su carrera de fidelidad a un equipo.






divendres, 19 de juny del 2020

Suecia. 2-Inglaterra, 1 (Euro 92-Primera fase)

358. David Platt (0-1)

La selección inglesa tomó parte en la Eurocopa de 1992 después de una extraordinaria participación en el Mundial de Italia, en el que estuvo a una tanda de penaltis, ante Alemania, de llegar a la final contra Argentina. El equipo de Bobby Robson disponía de un muy buen centro del campo en el que sobresalía Paul Gasgoigne, acompañado de una serie de jugadores talentosos entre los que destacó David Platt.


En el Mundial, con 24 años, fue decisivo con un gol en el último minuto de la prórroga de los octavos de final para eliminar a Bélgica y con otro para abrir el marcador en el triunfo por 2-3 contra Camerún de los cuartos de final. Entonces jugaba en el Aston Villa y la Copa del Mundo le valió un traspaso a Italia al año siguiente. Primero jugó en el Bari y en verano del 92 había fichado por la Juventus, con la que se disponía a debutar tras la Eurocopa de Suecia.

Inglaterra, ahora con Graham Taylor en el banquillo, no desarrolló dos partidos demasiado primorosos en la fase de grupos en el país nórdico. Dos empates a cero contra Dinamarca y Francia para empezar. En el tercer partido, un empate contra Suecia le podía dejar fuera de combate, dependiendo del resultado del Francia-Dinamarca que se jugaba a la misma hora. Había que marcar algún gol, y éste llegó pronto.

El gol

Fue a los cinco minutos de partido cuando Gary Lineker, el veterano goleador, cayó a la banda derecha, donde emuló la temporada en que tuvo que jugar ahí en el FC Barcelona, ​​con Johan Cruyff en el banquillo. Tras recibir un esférico descolgado por David Batty, envió un buen centro al corazón del área y David Platt explotó su mejor característica, la llegada desde segunda línea. Remató en semifallo, pero el balón, tras botar en el suelo, entró en la portería de Thomas Ravelli.





Pero Inglaterra no aguantó el empuje local y dos goles suecos en la segunda parte, de Eriksson, al inicio, y de Brolin, en el tramo final, la dejaron fuera del torneo. El empate a uno tampoco le habría valido después de la victoria de Dinamarca contra Francia.

Platt no triunfó en la Juventus, donde estuvo sólo un año, pero sí que lo consiguió en su tercera aventura italiana, con la Sampdoria, donde jugó dos años. Después, tres en el Arsenal y final de carrera en el Nottingham Forest, en la segunda categoría, donde fue entrenador-jugador. Allí inició una trayectoria en los banquillos que lo llevó al del Manchester City.

En cuanto a los grandes torneos de selecciones, Inglaterra no se clasificó para el Mundial de Estados Unidos, seguramente en el momento en el que Platt hubiera podido rendir mejor, con 28 años, y cerró su trayectoria internacional con la presencia en el Eurocopa de casa, en 1996. Como seis años antes, estuvo nuevamente a una tanda de penaltis, y otra vez contra Alemania, de llegar a la final.

dijous, 18 de juny del 2020

Portugal, 2- Países Bajos, 1 (Euro 2012-Primera fase)

359. Rafael van der Vaart (0-1)

La trayectoria de Rafael van der Vaart como futbolista deja la sensación de que podía haber hecho mucho más de lo que hizo. Actuó en tres de las principales ligas del continente, la alemana, la española y la inglesa, jugó en el Ajax, equipo en el que se formó, y disputó 17 partidos de fases finales de Mundiales y Eurocopas. Pero casi nunca fue indiscutible. Era un media punta con mucha clase y una excepcional pierna izquierda, con capacidad para dar el último pase y también para disparar a portería, pero también con poca disciplina defensiva.


Con la selección, Van der Vaart intevino en tres Eurocopas y dos Mundiales, con el subcampeonato en Sudáfrica 2010. Tiene el dudoso honor de salir en la fotografía del gol de Iniesta. Fue quien intentó bloquear el disparo antes de que el esférico entrara. Dos años más tarde, con 29, acababa de dejar el Tottenham antes de volver al Hamburgo, seguramente el equipo en el que ha dado mejor rendimiento. A Inglaterra, donde tuvo buenas actuaciones, llegó procedente del Real Madrid, con el que no pudo ganar nada importante y donde su participación fue intermitente.

En 2012, los Países Bajos llegaban a la Eurocopa de Polonia y Ucrania después de ser subcampeones del mundo, pero las cosas no les fueron bien. El juego siderúrgico de Bert van Marwijk, que había dado resultado en la Copa del Mundo, no fue tan efectivo en el torneo. Los oranje empezaron con derrotas mínimas contra Dinamarca (0-1) y Alemania (1-2). Matemáticamente todavía no estaban eliminados cuando se enfrentaron a Portugal en el último partido. Tenían que vencer y esperar acontecimientos. Y la esperanza duró un rato.

El gol

Fue en el minuto 11 de un partido jugado en Járkiv cuando los neerlandeses entraron por la banda derecha. Van Persie cedió a Robben, que intentó la jugada de toda la vida. Al verse sin espacio, la dejó a Van der Vaart quien, desde fuera del área, soltó un disparo fortísimo y parabólico con la pierna izquierda que superó a Rui Patrício, en una acción marca de la casa. A continuación, dos imágenes desde la cámara máster y desde detrás de la portería, desde donde se puede observar mejor la parábola.




Lamentablemente para su equipo, la ventaja no duró mucho y Cristiano Ronaldo, con dos goles, uno en cada mitad, dio la vuelta al resultado y clasificó a Portugal. Los Países Bajos, por su parte, cerraban la primera fase de un gran torneo sin ningún punto por primera vez en su historia.

Van der Vaart ya no volvió a jugar ningún otro gran torneo de selecciones. Estuvo tres años en el Hamburgo, con el que flirteó con el descenso y, después de medio ejercicio en el Betis, sin pena, ni gloria, terminó su trayectoria en el Midtjylland y en el Esbjerg de la liga danesa.

dimecres, 17 de juny del 2020

Italia, 2- Suecia, 1 (Euro 2000-Primera fase)

360. Henrik Larsson (1-1)

La trayectoria de Henrik Larsson fue de menos a más en el transcurso de toda su carrera. A nivel de clubes, es extraordinariamente recordado por los aficionados del Feyenoord, el Celtic de Glasgow y el FC Barcelona. Fue en el equipo escocés donde mostró su mejor versión. Mejor jugador de la liga de este país dos veces, solo dejó al equipo blanquiverde para ir a jugar dos temporadas en el Barça. Una casi se la perdió entera por lesión, pero en la otra fue decisivo, con dos pases, para ganar la final de la Liga de Campeones del 2006. Cayó de pie en el Camp Nou, donde fue idolatrado.


En el año 2000, Henrik Larsson ya había triunfado en la Eredivisie, lo estaba haciendo en Escocia y había debutado en un torneo grande a nivel de selecciones en el Mundial de Estados Unidos, seis años antes. Con 29, era un atacante consolidado para una selección sueca que se había perdido los dos últimos grandes torneos y que no lo tenía mucho mejor en la Eurocopa de Bélgica y de los Países Bajos. Había caído en el debut contra los belgas (2-1) y había empatado en el segundo partido, contra Turquía. Necesitaba vencer a Italia en el tercero para aspirar a pasar a cuartos de final.

El gol

Durante su trayectoria, Larsson fue mutando como lo hizo su aspecto. En 2000 todavía lucía las rastas que le acompañaron hasta la treintena, antes de raparse al cero, imagen que le ha acompañado hasta la actualidad. Futbolísticamente fue derivando de ser un jugador con más movilidad, en sus inicios, a convertirse en delantero centro de referencia, sobre todo en el Celtic, donde se fortaleció mucho físicamente.

En el partido contra Italia, los transalpinos se adelantaron gracias a un gol de Luigi di Biagio en un córner. Suecia necesitaba remontar y puso la primera piedra trece minutos antes del final en una jugada que define muy bien como de trabajador era Larsson.



Italia controlaba el balón en la zona ancha con tranquilidad cuando una presión de Larsson sobre Di Biagio derivó en una pérdida de balón. La recogió Kennet Andersson mientras el jugador del Celtic buscaba el espacio a la espalda de los centrales. El buen pase de su compañero dejó Larsson en un mano a mano con el portero Toldo que resolvió perfectamente. Le regateó y, a puerta vacía, empató.

Al final, Suecia no sólo no remontó sino que recibió un segundo gol, obra de Del Piero, que le dejaba fuera del torneo. Era la primera de las tres Eurocopas que disputó un Larsson que totalizó 37 goles en sus 105 internacionalidades.

dimarts, 16 de juny del 2020

Dinamarca, 2- España, 3 (Euro 88-Primera fase)

361. Michael Laudrup (1-1)

Michael Laudrup es, con total seguridad, el mejor jugador de la historia de Dinamarca. Vivió los mejores años de la Dinamita Roja de la década de los ochenta y disputó todos los campeonatos para los que se clasificó la selección nórdica entre la Eurocopa de Francia, en 1984, y el Mundial del mismo país, en 1998. Fueron todos para los que se clasificó ya que no estuvo presente en el gran triunfo del equipo nacional, el de la Eurocopa 92. Pero Dinamarca no se había clasificado. Sólo la exclusión de Yugoslavia por la guerra de los Balcanes le valió la repesca. Y el mayor de los Laudrup no vivió esa alegría, ya que había abandonado momentáneamente el equipo, en parte por una mala relación con el entonces seleccionador, Richard Möller-Nielsen.



La carrera internacional de Laudrup no alcanzó el nivel del éxito conseguido en sus equipos, principalmente en el FC Barcelona y también durante su primera temporada en el Real Madrid, pero vivió grandes alegrías, como el acceso a las semifinales de la Eurocopa del 84, la goleada a Uruguay y el triunfo contra Alemania Federal en el Mundial de México, o la última, la victoria contra Nigeria, en un gran partido, en Francia 98 y el duelo de la despedida, un espectacular choque con derrota final contra Brasil en Nantes.

Pero Michael Laudrup y Dinamarca fueron víctimas de una gran bestia negra: la selección española. En 1984, partido perdido en los penaltis de las semifinales de la Eurocopa; en 1986, debacle por 5-1, con cuatro anotaciones de Butragueño, en los octavos de final del Mundial de México; y en 1993, derrota en el Sánchez Pizjuán, jugando contra diez hombres por una expulsión de Zubizarreta provocada por el mismo Laudrup, y eliminación en la ronda de clasificación por culpa de un gol de Hierro. Y antes de eso, en la Eurocopa de 1988, se cumplió la tradición.

El gol

Dinamarca y España se encontraron en el estreno de ambos en el torneo que se disputaba en Alemania Federal. El partido, en concreto, se jugó en Hannover, con mayoría de daneses en las gradas. España se había adelantado pronto, con un gol de Míchel. Fue antes de la media hora que llegó el gol del empate. En el siguiente montaje, en el que se puede disfrutar de una recopilación de grandes acciones de la trayectoria de Laudrup con la selección, aparece entre el segundo 0:56 y el 1.10



Fue Soren Lerby quien robó un balón en el centro del campo y lo cedió inmediatamente a Laudrup, a quien faltaban cuatro días para cumplir 24 años y militaba en la Juventus. Un año más tarde aterrizaría en el Camp Nou. En una acción típica suya, se encaminó hacia el área, con un cambio de ritme se deshizo de la entrada del central Andrinua y empalmó un fuerte disparo con la pierna izquierda, en teoría la no tan buena, que superó la débil estirada de Zubizarreta.

Parecía que Dinamarca podría hacer frente a los españoles, pero al final no fue así. Dos goles de Butragueño y Gordillo en la segunda parte establecieron un 1-3 que sólo pudo recortar Poulsen. Ambos equipos quedarían eliminados del torneo en esa primera fase a manos de Alemania Federal e Italia. Este fue el único gol de Michael Laudrup en sus tres participaciones en las Eurocopas.

dilluns, 15 de juny del 2020

Portugal, 2- Países Bajos, 1 (Euro 2004-Semifinal)

362. Jorge Andrade, en propia puerta (2-1)

Portugal se encontró la tarde del 30 de junio de 2004 con la gran oportunidad de clasificarse, por primera vez, para la final de un gran campeonato en categoría absoluta. Atrás quedaba la semifinal de la Eurocopa del 1984, con la derrota a última hora contra la Francia de Platini, y aún más la de 1966, ante la Inglaterra de Bobby Charlton. Ahora, ellos eran los anfitriones y debían derrotar a los Países Bajos para disputar el partido decisivo, el domingo siguiente.

Los portugueses habían ido pasando rondas con problemas, tras una derrota inicial en la fase de grupos contra Grecia, dos triunfos, contra Rusia y España, les clasificaron para unos cuartos de final que superaron en una larguísima tanda de penaltis ante los ingleses. El equipo de Scolari no se había mostrado muy efectivo en defensa en dos de los cuatro duelos, a pesar de disponer de una gran pareja de centrales.



Y es que Ricardo Carvalho y Jorge Andrade se habían visto las caras en una de las semifinales de la Champions de aquel año. El Oporto, el equipo del primero, eliminó el Deportivo de la Coruña, el del segundo, después de que el árbitro alemán Markus Merk expulsara de manera injusta al defensa de los gallegos. Interpretó una agresión sobre Deco, cuando realmente le hizo una broma con el pie, simulando que le daba una patada a su ex compañero, ya que Andrade era del Oporto antes de desembarcar en Riazor. La baja de Andrade, un jugador que compensaba su falta de envergadura con una excepcional colocación y con tranquilidad para salir con el balón jugado, fue vital para la vuelta, en la que el Oporto venció en La Coruña, paso previo para una final en la que derrotaría el Mónaco.

El gol

En la semifinal de la Euro 2004, las cosas empezaron a ir muy bien para Portugal. Cristiano Ronaldo adelantó a los lusos con un cabezazo en un córner al inicio y Maniche pareció sentenciar con un tiro parabólico que sorprendió a Van der Sar. El partido estaba controlado, pero se complicó cuatro minutos después del 2-0. En un centro sin aparente peligro del lateral Van Bronckhorst, Andrade intentó rechazar con fuerza, pero tocó mal el esférico, éste fue hacia atrás y la vaselina involuntaria superó al portero Ricardo.



La media hora que quedaba hasta el final se convirtió en un sufrimiento para los portugueses. Los neerlandeses acercarse al empate con alguna llegada clara, pero al final no lo consiguieron. Portugal estaba en la final.

La mala suerte de la temporada de Andrade, sin embargo, continuaría con la derrota en el partido decisivo contra Grecia. Este fue el último gran torneo de selecciones del defensa, que había estado en la Copa del Mundo de 2002, ya que en 2006 se perdió el Mundial de Alemania por una grave lesión que marcaría su carrera. Ya no volvió a ser el mismo. Cuando dejó el Deportivo, en 2007, fichó por la Juventus, que acababa de regresar de la Serie B, pero sólo pudo jugar cinco partidos en dos temporadas y se tuvo que retirar demasiado pronto, con 31 años. El autogol de 2004, por lo tanto, no fue, ni de lejos, lo peor de una buena carrera, pero demasiado corta.

diumenge, 14 de juny del 2020

Suecia, 2- Alemania, 3 (Euro 92-Semifinales)

363. Kennet Andersson (2-3)

Suecia ha sido un país intermitente en su rendimiento como selección. Tuvo un gran momento en la década de los cincuenta, con el equipo que quedó subcampeón del mundo en casa ante el Brasil del emergente Pelé. Era el conjunto de los Gre-No-Li (Gren, Nordhal y Liedholm) que triunfaron en el Milan. No volvió a hacer nada bueno en los mundiales hasta 1994, cuando quedó tercera en la Copa del Mundo de Estados Unidos. Aquel equipo tuvo su ensayo general dos años antes, justamente en el otro gran campeonato que ha organizado, la Eurocopa de 1992. El conjunto escandinavo estuvo a punto de jugarse el título contra sus vecinos daneses, pero Alemania se lo impidió en la semifinal.

El equipo entrenado entonces por Tommy Svensson llegó a la penúltima ronda después de una primera fase con dos victorias (Dinamarca e Inglaterra) y un empate (en el duelo inaugural contra Francia). Se basaba en un 4-4-2 en el que el talentoso extremo del Arsenal Anders Limpar surtía de balones la delantera, formada por Tomas Brolin y Martin Dahlin. Este último le había quitado el sitio a Kennet Andersson, el atacante con el que Svensson había afrontado el primer partido y al que Dahlin había sustituido en el debut. Andersson era un espigado ariete, muy del estilo sueco, de gran envergadura, pero que mostraba más condiciones que el simple juego aéreo. Era un falso torpe, ya que parecía lento pero podía moverse con habilidad en espacios cortos y llegaba a muchas pelotas gracias a sus largas piernas.



Para la semifinal, Svensson dejó a Limpar en el banquillo y volvió a apostar por Andersson. El hecho de que los alemanes actuaran con tres centrales en aquella época le haría pensar que él necesitaba tres delanteros para igualar la cuestión. Las cosas, sin embargo, no le salieron muy bien y Alemania llegó al último minuto del partido ganando por 1-3.

El gol

Con todo perdido, los suecos buscaron la heroica y casi la encuentran. En una jugada simple como ella sola, el centrocampista Klas Ingesson envió un esférico al área desde el centro del campo. Parecía que sería para el portero alemán, Bodo Illgner, pero Kennet Andersson se le adelantó, peinó el esférico y éste entró en la portería.



La anotación abrió una luz de esperanza para los aficionados presentes en el Råsunda Stadion, el mismo escenario que la final del 1958, pero duró poco. El partido acabó con 2-3 y Alemania estaba en la final. En cambio, significó el inicio de una muy buena trayectoria del joven Kennet Andersson, que entonces tenía 24 años, con el equipo nacional. Explotó del todo en el siguiente mundial, junto a Brolin y Dahlin, en el que anotó cinco goles fundamentales para el tercer lugar de su conjunto. La no presencia de Suecia en las siguientes grandes citas, la Eurocopa 96 y el Mundial 98, obligó a esperar más actuaciones suyas hasta la Euro 2000. Actuó en tres partidos, pero ya no pudo anotar. Tenía 32 años.

Andersson fue un jugador más conocido por sus intervenciones en la selección que en los clubes. En el momento de la Eurocopa 92 estaba en Malinas. Volvió medio año en casa, a Norrköping, antes de iniciar una larga trayectoria en equipos de segunda fila de Francia, Italia y el Fenerbahce turco. Después retornó a la liga sueca, en la que se retiró. El único gol de Andersson a una Eurocopa sirvió de poco, pero fue un pequeño trampolín para lo que le esperaba dos años después.

dissabte, 13 de juny del 2020

Rusia, 2-Grecia, 1 (Euro 2004-Primera fase)

Dmitri Bulykin (2-0)

A veces hay jugadores que están a punto de pasar a la historia de manera indirecta y, al final, por la acción de un adversario no lo hacen. Hay muchos goles que podrían haber cambiado el signo de todo un campeonato pero acaban quedando en el olvido. El que marcó el delantero del Dinamo de Moscú Dmitri Bulykin en la Eurocopa de 2004 de Portugal representa uno de estos casos. Pudo cortar de raíz una de las mayores sorpresas de la historia del fútbol de selecciones en Europa. Pero se quedó en una nada.




Bulykin, un delantero corpulento, con un rango de movimiento no muy elevado, tenía 25 años cuando fue seleccionado por el que sería su único gran campeonato a nivel de selecciones. Surgido de la cantera del Lokomotiv de Moscú, hacía tres años que jugaba en el Dinamo, donde estaría tres más. Jugador más de equipo que goleador, no pasó nunca de los diez tantos por temporada excepto en la etapa crepuscular de su carrera, en los Países Bajos, cuando anotó 21 en un ejercicio con el ADO La Haya.

Rusia se había quedado matemáticamente fuera de la Eurocopa de Portugal tras caer derrotada contra España y Portugal en los dos primeros partidos. El seleccionador, Georgiy Yartsev, había concedido a Bulykin la titularidad en el primero y le había hecho actuar sólo once minutos en el segundo. En el intrascendente duelo, para los rusos, contra Grecia, el de la despedida, volvió al equipo inicial. El partido era decisivo para los helenos, que sumaban cuatro puntos en los dos primeros partidos y dependían de ellos mismos para acceder a los cuartos de final, pero pronto se les complicaron las cosas.

El gol

Porque una Rusia sin presión se adelantó a los dos minutos con un remate de Kirichenko. Y un cuarto de hora más tarde llegó el segundo gol. Fue en un lanzamiento desde la esquina de Gusev. Bulykin entró como un trailer en el corazón del área y con un remate de cabeza en plancha envió el balón lejos del alcance de Nikopolidis.






El gol de Bulykin suponía el 2-0, un resultado que habría eliminado a Grecia del campeonato teniendo en cuenta que, en el otro partido del grupo, que se jugaba a la misma hora, Portugal derrotó a España por 1-0. La diferencia de goles habría dado el acceso a los cuartos de final al equipo de Iñaki Sáez y toda la locura posterior del equipo griego, con título incluido, no se habría producido. Pero Grecia marcó antes del descanso el 2-1, un resultado que, a pesar de la derrota, le permitió pasar de ronda.


El gol de Bulykin, que después salió de Rusia en 2007 e inició una trayectoria nómada en el Leverkusen, Anderlecht, Fortuna Düsseldorf, ADO La Haya, Ajax y Twente, antes de retirarse en el Volga de su país, se olvidó, pero pudo quebrar el sueño de un país.

divendres, 12 de juny del 2020

Dinamarca, 2- Portugal 3 (Euro 2012-Primera fase)

365. Nicklas Bendtner (2-2)

El danés Nicklas Bendtner ha tenido una trayectoria irregular y siempre ha parecido que podía hacer más de lo que ha acabado haciendo. Reconocido por sus participaciones con la selección danesa y también por su etapa de nueve años en el Arsenal (entre 2005 y 2014), no es sólo un rematador puro ya que también tiene capacidad de asociación con los centrocampistas y habilidad para caer a las bandas.





El problema de Bendtner durante años, sin embargo, ha sido un carácter complicado y errático que le ha comportado más de un problema y no le ha permitido ser una opción fiable para los grandes de Europa. Así, dentro de su cabeza tenía la calidad de Ibrahimovic, pero fuera de los terrenos de juego se ha labrado, sobre todo después de marcharse de los gunners, una fama de vividor y de poco sacrificado que le hicieron salir cedido al Sunderland o la Juventus (donde sólo actuó en nueve partidos) y acabar mal en el Wolfsburgo y el Nottingham Forest, antes de terminar en el Rosenborg y luego en el Copenhague, donde agota su carrera, ya con 32 años.

En 2012, Bendtner había vivido la cesión al Sunderland, pero el seleccionador danés, el sempiterno Morten Olsen, aun confiaba en él. Después de haber intervenido en el Mundial de dos años antes, era el titular en el equipo que había empezado la Eurocopa de Polonia y Ucrania derrotando a los Países Bajos por 0-1. Contra Portugal, en el segundo partido, los nórdicos comenzaron perdiendo por 0-2, con goles de Pepe y de Hélder Postiga, pero el propio Bendtner había reducido la diferencia antes del descanso de un cabezazo.

El gol

El partido languidecía en la segunda mitad. Faltaban sólo diez minutos en el Arena de Lviv cuando Lars Jacobsen penetró por la banda derecha y envió un centro muy pasado. Bendtner explotó una de sus mejores cualidades, el desplazamiento hacia el segundo palo y enganchó un gran remate de cabeza que superó al portero Rui Patrício. Dinamarca ponía, con el empate, un pie en la segunda fase. Y entonces, el delantero provocó uno de sus escándalos.




Corrió a celebrar el gol hacia el banderín de córner pero por el camino se bajó los pantalones y mostró la marca de los calzoncillos para hacer publicidad. El gesto no pasó inadvertido a la UEFA, que le castigó con un partido sin jugar y una multa de 100.000 euros. Además, Dinamarca había perdido por 2-3, por culpa de un gol del portugués Silvestre Varela en el tramo final.

Finalmente, a Bendtner le aceptaron la apelación y pudo jugar el tercer enfrentamiento de la primera fase, contra Alemania, pero Dinamarca cayó derrotada por 1-2. Este fue, hasta el momento, y no tiene pinta de cambiar la cosa, su último partido en un gran torneo.

dijous, 11 de juny del 2020

Francia, 4- Yugoslavia, 5 (Euro 60-Semifinales)

366. Milan Galic (0-1)


El primer gol de la historia de las fases finales de las Eurocopas llegó en uno de los estadios con más renombre de Europa. El Parque de los Príncipes de París acogió una semifinal y la final del primer torneo, en julio de 1960, en el que participaron, además de Francia, el anfitrión, tres de las potencias de la Europa del este del época, Yugoslavia, la Unión Soviética y Hungría

En la primera semifinal, el día 6, franceses y yugoslavos se vieron las caras en un duelo espectacular. El conjunto galo venía de un extraordinario tercer puesto en el Mundial de Suecia de dos años antes. De la mano de sus estrellas, Kopa, Fontaine y Piantoni, eliminó a Grecia y a Austria y se disponía a convertirse en campeón en casa. Pero sus tres delanteros fueron baja para unas semifinales en las que se vio las caras con el rocoso conjunto yugoslavo. Los "plavi" ( "azul" en serbo-croata) estaban formando una selección que dos años más tarde, en Chile 62, disputaría las semifinales. Se habían deshecho de Bulgaria y de una Portugal en la que aún no estaba Eusebio, pero donde ya despuntaban estrellas del Benfica campeón de Europa de 1961 y 1962.



Uno de los goleadores del último partido de clasificación, que acabó con 5-1 para los balcánicos ante los lusos, fue Milan Galic. Era un delantero que desarrolló casi toda su carrera en el Partizán de Belgrado, al que llegó procedente del Proleter en 1958. 1960 fue un gran año para él, ya que disputó la final de la Eurocopa y fue campeón olímpico en Roma. En ambos casos se convirtió el máximo anotador del torneo, aunque en la Eurocopa fue un honor compartido. También militó en la formación que quedó cuarta en Chile y concluyó su etapa en el equipo blanquinegro disputando, y perdiendo, la final de la Copa de Europa de 1966 ante el Real Madrid (2-1). Luego, inició una carrera en el extranjero,

Precisamente, durante este período crepuscular de su trayectoria, en las filas del Standard de Lieja, se tomó la revancha de los blancos en los octavos de final de la Copa de Europa de 1970. Los belgas derrotaron a los madrileños por 1-0 en el estadio Sclessin y dieron la gran sorpresa al vencer por 2-3 en Chamartín, con un gol del propio Galic para cerrar el marcador. Lamentablemente para su equipo, el Leeds se cruzaría en su camino en cuartos. Ganó dos ligas y una Copa en Bélgica antes de disputar sus tres últimos años con otro equipo mítico de las competiciones europeas, el Stade de Reims francés. Ya retirado, trabajó para la federación yugoslava y murió en 2014, con 76 años.

El gol

Galic entró en la historia de las Eurocopas con un gol que no tuvo mucho tiempo de celebrar, pero que acabaría siendo importante. Fue a los once minutos del partido contra Francia. Ambos equipos aún se estaban tanteando cuando el delantero del Partizán recogió un balón unos metros fuera del área y explotó una de sus mejores cualidades: el remate. Sin pensarlo dos veces, empalmó un fuerte disparo con la pierna derecha que entró pegado a la escuadra izquierda del portero galo Lamia.



Galic y sus compañeros no fueron mucho rato por delante en el marcador ya que, apenas un minuto más tarde, el francés Jean Vincent empataría el duelo. Éste, totalmente enloquecido en la segunda parte, acabó con victoria yugoslava por 4-5, después de que los visitantes remontaran un 4-2. Al final, la anotación de Galic contó tanto como las otras y la leyenda del Partizán, no sólo accedió a la final contra la Unión Soviética, sino que inscribió su nombre como primer goleador del campeonato.