divendres, 4 de juny del 2021

Francia, 2- Italia, 1 (Euro 2000-Final)

8. Sylvain Wiltord (1-1)

En el cine hay premios para los mejores actores secundarios. Sus intervenciones en las películas son esenciales para explicar la historia, a pesar de que su nombre no aparezca nunca en las primeras páginas de los medios de comunicación. En el fútbol también ha habido, en los grandes equipos, un gran elenco de secundarios sin los que las victorias no habrían sido posibles. En la selección francesa campeona de Europa de 2000 y subcampeona del mundo de 2006, los focos iban hacia Henry o Trezeguet, pero sobre todo en el primer caso tuvo una importancia vital el atacante que salía desde el banquillo. Era Sylvain Wiltord.


Era un jugador de difícil catalogación. No se trataba de un extremo nato, ya que le faltaba velocidad, ni tampoco un ariete, por falta de cuerpo, ni un media punta, por déficit de toque. Era un delantero con una gran capacidad asociativa, buena ética de trabajo y frecuente relación con el gol. Sus padres procedían de las Antillas y él era el octavo y último de ocho hermanos que crecieron en una localidad cercana a París. Pronto demostró talento para el fútbol y jugaba en categorías superiores a las de su edad.

A los diecisiete años, mientras estaba en el Joinville, club amateur, el presidente del club, persona con contactos con el Rennes, les ofreció que evaluaran al jugador. Como explica el jefe del centro de rendimiento del club bretón, Patrick Rampillon, en ese momento estaban buscando atacantes y les gustó lo que vieron, aunque le tuvieron que pulir una disciplina un poco dispersa al inicio. Después de comenzar el segundo equipo del Rennes, debutó con los mayores con 19 años y ayudó con nueve goles al ascenso del equipo.

Wiltord actuó cuatro años en el equipo rojinegro durante los cuales fue internacional sub-21 y llegó a ser tercero en un europeo. En ese período fue fichado por el Deportivo de la Coruña, aunque no llegó a debutar con el equipo gallego, que lo cedió a su club de origen y ya no lo recuperó. Ese mismo año participó en los Juegos de Atlanta y en 1997 fichó por el Burdeos. Era el año premundialista. Ya tenía 24 pero Aimé Jacquet aún no le había llevado a la absoluta. Prefirió al delantero del Auxerre Guivarc'h para ir a la Copa del Mundo ganada por su país. El ejercicio 1998-99 fue el mejor. Fue campeón de liga con el Girondins y comenzó a ser convocado por el equipo nacional, que ahora dirigía Roger Lemerre. Marcó dos goles en la complicada fase de clasificación para la Eurocopa y debutó en la Champions, donde marcó cuatro goles. Al final del curso siguiente, entró en la lista para su primer gran torneo.

Wiltord fue suplente en todos los partidos de ese campeonato menos en el tercero de la fase de grupos, con Francia ya clasificada para los cuartos. Incluso no disputó ningún minuto en esta ronda, contra España. Había marcado un gol en el debut, ante Dinamarca, a pesar de estar solo ocho minutos en el campo. En las semifinales, con Portugal, entró a los 72 minutos y fue decisivo al protagonizar el disparo que interceptó Abel Xavier con una mano a tres minutos para el final de la prórroga y que permitió a Zidane clasificar al equipo para la final . En ésta volvería a asumir el papel de revulsivo.


El gol

En el partido decisivo de Rotterdam, muy cerrado, Italia se adelantó en la segunda parte con un gol de Marco Delvecchio y perdonó la sentencia, sobre todo en una ocasión clarísima de Alessandro del Piero. Wiltord entró al campo en el minuto 58, en el lugar de un inefectivo Dugarry. Ya en el tiempo de descuento, los italianos estaban abrazados a punto de celebrar el título, cuando una acción lo cambió todo.


En lugar de conservar el esférico, los italianos provocaron un fuera de juego en su ataque en un pase al espacio de Pessotto a Totti, aunque el que entraba era Montella y seguramente el colegiado, el sueco Frisk , no lo tenía que haber indicado. Barthez envió a la desesperada el balón arriba. Trezeguet ganó el salto a los defensas y Cannavaro no estuvo nada acertado en el corte. El esférico cayó a Wiltord, establecido en el lado izquierdo, que con poco ángulo disparó. El balón pasó por entre las piernas de Iuliano, dobló la mano izquierda de Toldo y entró en la portería. No se llegó ni a servir del centro del campo. Fue un gol milagroso para Francia que, pocos minutos después, ganaría la final con un gol de oro de David Trezeguet.

Ese mismo verano, Wiltord fichó por el Arsenal, club en el que actuó cuatro campañas y ganó dos ligas, entre ellas la de 2004, en la que el equipo finalizó invicto el torneo. Como en la selección, tampoco era titular, pero jugaba mucho, principalmente en los tres primeros años, aunque en el último ya no lo hizo tanto. En este periodo también ganó dos Copas y una Supercopa inglesa.

Con la selección ya era un fijo. Ganó allí dos Copas Confederaciones seguidas, en 2001 y 2003, a pesar de que fracasó con todo el equipo en 2002, en el mundial de Corea y Japón, en el intento de revalidar el título, justo cuando se había hecho con la titularidad. En 2004, Francia, de la mano de Jacques Santini, también fue eliminada prematuramente en la Eurocopa de Portugal por Grecia, en los cuartos de final. Tras el torneo, dejó el Arsenal y fichó por el gran Olympique de Lyon de las siete ligas seguidas. Él consiguió tres, entre 2005 y 2007.

En 2006, fue convocado para su segundo mundial, el de Alemania. Fue titular los dos primeros días, con Raymond Domenech de entrenador, pero después de un empate contra Corea del Sur en el segundo partido fue relegado a la suplencia, de la que ya no salió. Se proclamó subcampeón del mundo. En la final, contra Italia, el rival al que había quitado el título seis años antes, jugó los trece últimos minutos de la prórroga. Tres después, Zidane sería expulsado por el cabezazo a Materazzi. Él efectuó el primer disparo de la tanda y lo marcó. El error de Trezeguet, precisamente el autor del gol de la victoria en Rotterdam, en 2000, condenó a los galos. Wiltord jugaría sólo tres partidos más con la selección. En total 92, con 26 goles.

En 2007, con 33 años, volvió al Rennes, pero no se retiró. Actuó allí dos campañas y después aún tuvo tiempo de jugar en el Marsella, el Metz y el Nantes antes de retirarse, con 38 años en Segunda División y con ocho goles en su campaña final. Luego fue comentarista de televisión, se entretiene jugando a footgolf y 2015 se convirtió en embajador de Rennes, el club en el que dio el gran salto. Wiltord no debe estar entre los diez jugadores más citados de la gran generación francesa del cambio de siglo, pero fue decisivo en muchas ocasiones, sobre todo en aquella noche de julio en la que impidió que Francia perdiera su segunda Eurocopa.

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